Me estoy ahogando en este blanco mar de silencio,
necesito gritar para sentirme vivo.
¿es que nadie va a decir nada?
Ojalá fuese sordo, para no oír mi silencio.
Esta mañana he visto salir el Sol...
juraría que cada vez calienta menos.
Y la calma,
ah! como odio esa calma!
esa violenta calma que aplasta la voluntad,
Esa repugnante calma que lo mantiene todo en su lugar.
Anoche vi imágenes de una manifestación ,
en mi televisor,
Había gente destrozando Bancos
y quemando coches de policía,
emocionado me puse en pie y corrí hasta la calle
soñando con poder unirme a ellos
para gritar y destrozar esta maldita calma,
Pero la calle estaba vacía.
En calma.
Entendí que solo eran imágenes grabadas.
Violencia plastificada y etiquetada.
Violencia alejada y distante,
como extraños rituales folclóricos sin sentido.
La calma lo inunda todo.
La desesperación es solo el burbujeo agónico
que acompaña a la lenta asfixia
de nuestro auténtico ser.
Ojalá mi corazón latiera más fuerte
para marcar mi propio ritmo.
Y despertara mi voluntad
de este coma profundo.
miércoles, 27 de mayo de 2009
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