Perplejo.

Asomado al borde de mi mismo,
contemplo con asombro
lo insondable.

Perplejo.

Como un patito de goma,
que de pronto descubre
el inmenso mar que lo sostiene.

Lawshallá

Los deseos nos hacen desesperados... aún así, aquí van mis mejores deseos:

Ojalá me conociera lo suficiente para entender la raiz de mis anhelos...
Ojalá bastara con escribir y dar nombre a lo que siento y pienso,
para liberarme del peso que oprime mi corazón.
Ojalá ser feliz fuese lo mismo que ser humano.
Ojalá que algún día las lágrimas de alegría, fuesen las únicas lágrimas.
Lawshallá!

Ojalá la violencia fuese sólo un exótico concepto abstracto.
Ojalá no existiera la palabra "enemigo" y humano fuese lo mismo que hermano.
Ojalá nos demos cuenta que somos una sola raza, unida más allá de las diferencias.
Que los paises son sólo nombres, y las fronteras lineas imáginarias.
Ojalá la felicidad de mi hermano fuese la mia.
Lawshallá!

Ojalá los límites de nuestra identidad no nos separen más del mundo.
Ojalá las paredes de mi cabeza no me encierren más en "mi mismo".
Ojalá el yo perdiera toda su importancia.
Ojalá el corazón gobernase nuestro cuerpo,
y el amor nuestra vida.
Lawshallá!.

Ojalá llegue el día en que desear todo esto sea un absurdo.
Ojalá el ayer y el mañana se disuelvan en el hoy.
Ojalá la historia fuese un libro con la páginas en blanco,
un nuevo diario para una nueva vida.

Ojalá!

Suena la campana.

¿Qué es esto?

Percepciones, pensamientos, sonidos y emociones.
Sensaciones, imágenes, reflexiones.
Observando lo observado.

Un cuerpo sentado en zazen.
Un espíritu explorandose.
Un círculo de atención.

¿Quién pregunta? ¿qué es esto?

Esto si, esto no. Esto es esto, eso es aquello.
Poniendo nombres, categorizando, discriminando.

Atento a la atención. Algo escucha el silencio.
Algo gobierna sin gobernar.
Voluntad, conciencia, atención.

¿quién pregunta? ¿qué es esto?
¿quién quiere saber?

Mas allá del más allá,
más allá de deseos y necesidades,
más allá de la sabiduría y la obtención.

Más alla del entendimiento, algo se hace sin hacer.
El mar va borrando las huellas,
y lentamente algo pierde su importancia.

La cortina del eco.

Vida impuesta y manifiesta.
Carne pegada al hueso
Palabras y sangre.

Eso eres tú.

Una mirada enfrentando su espejo.
Un inventor inventado.
Una sombra pisando sombras.

Un ser obligado a ser.
Un testigo de su propia vida.
Uno más, en la pecera

Eso eres tú.

Conciencia de la conciencia.
Pensamientos dibujados,
en la cortina del eco.

Hayku

Aunque no haya nada que decir
las palabras quieren hablar.

Verdades del silencio.

El mudo le habla al sordo.

Palabras.

Vivimos en un mundo de palabras.
Un mundo de nombres sin sentido,
donde todo cuanto vemos,
son cosas.

Sólo cosas.

Creemos que nombramos lo que vemos,
que las palabras definen la realidad.
Pero las palabras
sólo definen palabras.
Y los nombres no son lo que vemos.

Creemos que las cosas tienen significado,
más aún, creemos que sabemos lo que son.
Pero el significado es arbitrario,
palabras escogidas de antemano
sin más sentido que el que nosotros le damos.

Los nombres, las cosas, los significados, la realidad,
no son sino palabras.
Sonidos, en la oscuridad del silencio.
Símbolos para orientarnos.

El lenguaje es sólo el palo de ciego,
que usamos para concebir nuestra realidad.

Un instrumento para orientarnos
y seguir adelante.

Tal vez, en algún lugar del camino,
olvidamos que las palabras son solamente un juego.
Un juego al que jugamos para no sentirnos tan solos,
en la inmensidad de lo innombrable

Sin culpa

Hay que devorar las entrañas del odio,
saborear la amargura de la rabia,
paladear su textura.

Debemos conocer su sabor,
para digerirlo
y asimilar su poder.

Hay que arrancarle los ojos al miedo
y asomarnos a sus cuencas
para observar el vacío.

Debemos prender fuego a nuestra cabeza
y quemar tantos años de mentiras.

Cortar las venas de nuestra identidad
y bañarnos en su sangre para lavar la culpa.

Solo así podremos hacer el amor con la vida
sin dejarla preñada con nuestra sucia realidad.

Calma tensa.

Me estoy ahogando en este blanco mar de silencio,
necesito gritar para sentirme vivo.

¿es que nadie va a decir nada?

Ojalá fuese sordo, para no oír mi silencio.

Esta mañana he visto salir el Sol...
juraría que cada vez calienta menos.


Y la calma,
ah! como odio esa calma!
esa violenta calma que aplasta la voluntad,
Esa repugnante calma que lo mantiene todo en su lugar.


Anoche vi imágenes de una manifestación ,
en mi televisor,
Había gente destrozando Bancos
y quemando coches de policía,
emocionado me puse en pie y corrí hasta la calle
soñando con poder unirme a ellos
para gritar y destrozar esta maldita calma,
Pero la calle estaba vacía.

En calma.

Entendí que solo eran imágenes grabadas.
Violencia plastificada y etiquetada.
Violencia alejada y distante,
como extraños rituales folclóricos sin sentido.

La calma lo inunda todo.
La desesperación es solo el burbujeo agónico
que acompaña a la lenta asfixia
de nuestro auténtico ser.

Ojalá mi corazón latiera más fuerte
para marcar mi propio ritmo.

Y despertara mi voluntad
de este coma profundo.