jueves, 18 de diciembre de 2008

Algo huele a podrido


Algo huele a podrido...
¿no lo hueles?

Huele a sueños muertos,
a mentiras en oferta
a chistes sin gracia,
a vacío.

Huele a exceso de lógica.
A desesperación,
a miedo sudado
a rabia seca,
a corazón enterrado.

Huele a dolor y a oportunidad perdida.

¿no lo hueles?...

Huele a verdades en lata.
A libertades compradas,
a billetes mojados.
a semen de esclavo.

Huele a revolución de escaparate
vestida de ilusión.
A impotencia cultivada,
a resistencia fingida.

Huele a rendición

Sin mantas


La religión es una manta.

Una vieja y raída manta

Manchada de sangre

Y de mentiras.


Los locos de Dios

Se cubren con ella.


La ciencia es una manta

Tan delgada y estrecha,

Que por más que se estire

Solamente cubre los pies.


Los monos locos

Se cubren con ella.


Y todos sentimos el frío...


Desde el principio de los tiempos,

El hombre ha estado desnudo.

Desnudo ante su gélida soledad.

Desnudo ante su existencia.

Desnudo en medio del universo.


Incapaz de soportar el frío.

El hombre creó estas mantas.

Y por ellas y para ellas.

El hombre ha mentido,

Matado y torturado.

Pues nadie en su sano juicio,

Dejaría que le arrebatasen

su manta.


¿Con que cubrirían entonces,

su desnudez?


Pocos quieren admitir,

Que en las noches frías del alma.

Nuestro cuerpo se estremece

y tiritamos...

Estiramos desesperadamente nuestra manta,

Intentando que nos cubra hasta el cuello,

Pero la manta de los monos locos,

Es demasiado corta,

Así que nuestros pies quedan descubiertos

Y el frío nos atrapa.


Tampoco la manta de los locos de Dios

Consigue cubrirnos del frío,

Pues está tan vieja y raída,

Que ya casi no calienta,

Y al mas mínimo tirón

Podría romperse.


Y así continúa el hombre.

Tiritando.

Protegiéndose con mantas

Que apenas lo cubren del frío...


¿Cuándo nos daremos cuenta?


Por mucho que cubramos

nuestro cuerpo,

Seguimos estando desnudos.

¿Qué ocurriría si dejásemos las mantas a un lado?


No cubramos nuestra desnudez.

No ocultemos nuestro rostro con mentiras.


Salgamos de debajo de nuestras mantas,

Bailemos y alabemos nuestra desnudez

Sintiendo sin miedo.


No hay tal frío

No hay tal soledad

No estamos solos

Solo algo confusos

Y asustados.


Salgamos pues de debajo de nuestras mantas,

Dejemos que la luz del sol nos caliente.

Y escuchemos con atención.


Si así lo hacemos,

Puede que el frío desaparezca.

Y nos demos cuenta

Que no estamos solos.

Que no estamos separados

los unos de los otros.

Que somos un solo cuerpo

Un solo sentir

Y un solo amor.

Una vida más grande

Una semilla de luz

germinó en mi interior.

Y ahora puedo ver lo invisible.


Las colinas se han sentado junto a mí

y los árboles me observan.

Puedo sentir el aire acariciando mi piel

y las nubes bailando sobre mi cabeza.


Ahora que el verde es más verde

y el azul es más azul.

Una nueva luz ilumina el mundo,

mostrándome otra cara de la vida

donde nunca nadie está solo.


Una donde todo está ligado

con lazos invisibles,

formando un solo ser,

una sola vida.


Una vida más grande

donde todo solo es uno.


Una vida donde mi alma

se siente abrigada,

como un niño dentro de su madre.


Y lo más extraño es

que ahora que todo es distinto

y el cielo me sonríe,

recuerdo que siempre fue así.


Que la vida es pura magia

y por eso estamos aquí.

Confesiones


No creo en el sentido, ni en la lógica o la razón

sin embargo los uso y soy usado por ellos.


No creo en ideologías ni en doctrinas,

sin embargo defiendo mis creencias.


No creo en el individualismo ni en el yo,

pero amo estar a solas conmigo mismo.


Creo en la paz y en la tolerancia,

pero a menudo soy iracundo e intransigente.


Creo en la esperanza y en el valor,

pero a menudo soy cobarde y pesimista.


Entiendo que la contradicción forma parte de la lógica,

y que nada es lógico más allá de mi punto de vista.


Comprendo que mi entendimiento esta basado en la lógica,

y que es mi punto de vista lo que llamo comprensión.


Sé que los conceptos tan solo son nombres

y que los nombres son tan solo símbolos,

a los que otorgamos significados convencionales.


Todo cuanto sé, son palabras.

Signos y sonidos que he ido memorizando desde que era un niño.


Sin embargo intento usarlas como medio para ir

más allá del lenguaje.

Intento usarlas para expresarme a mí mismo.


Por eso no creo en la lógica.

Por eso no creo en mí.


El orden está en todo


Cuando las vacas vuelen,

y los perros monten en bicicleta.

Cuando los gallos pongan huevos

y el dinero no valga nada.

Todo comenzará a estar en orden.


Cuando el agua no moje

y el fuego no caliente.

Cuando los monos hablen

y los hombres vivan en silencio.

Todo comenzará a estar en orden.


Cuando el día no siga a la noche,

y cara y cruz sean lo mismo.

Cuando todos los hombres sean iguales,

y nadie esté por encima de nadie.

Todo comenzará a estar en orden.


Cuando la tierra no sea más un planeta

que gira alrededor del sol.

Cuando el dolor y el odio

pierdan su significado,

y las armas dejen de existir.

Todo comenzará a estar en orden.


Cuando aprender y enseñar sea lo mismo,

y los hijos eduquen a sus padres.

Cuando Dios deje de ser solo una palabra,

y admiremos la belleza y la paz de todo

cuanto nos rodea.

Todo comenzará a estar en orden.


Cuando la historia sea solo un recuerdo,

y el mañana sea hoy.

Cuando el único tiempo sea ahora,

y el mañana sea hoy.

Todo comenzará a estar en orden.


Cuando el hombre piense con el corazón

y sienta con la cabeza.

Cuando la humanidad cese de interpretar

y olvide lo que ha aprendido,

recordará que la realidad es un sueño.


Y el orden volverá a estar en todo...


Dudas razonables

¿No es cierto que los poetas

poseen un espíritu fuerte y decidido?


El tono de su voz

cuando recitan su poesía,

denota confianza y seguridad.


Están seguros de si mismos.


Parecen mas bien guerreros,

que armados con sus punzantes palabras,

y protegidos bajo la sólida armadura

de sus creencias, se saben invulnerables.


Quizás yo no sea un poeta,

y es seguro que no soy un guerrero.

Carezco de esa confianza y seguridad

de la que ellos gozan.


No estoy seguro de mi mismo.

En realidad no estoy seguro de nada.


Siempre he tratado de encontrar certeza

en las respuestas de hombres mas sabios que yo.

Hallando muchas verdades,

y también contradicciones.


Pero nunca seguridad.


Puede que el dudar de mi mismo,

no me confiera la seguridad de los poetas,

ni la fuerza de los guerreros.


¿Pero qué son la fuerza

y la seguridad de las creencias

comparadas con la libertad de espíritu

que confieren las dudas?


Tal vez me equivoque,

pero a veces pienso

que el no estar seguro de nada

es lo que me hace sentir vivo.